viernes, 19 de agosto de 2011

La Abuelita (Parafraseo)



La abuelita tiene muchas arrugas y su pelo siempre va completamente blanco sus ojos le brillan como dos estrellas, la abuelita se sabe muchas cosas las cuales no sabe papa ni mama ya que ella nació mucho antes que ellos, ella siempre va vestida con un vestido de muchas flores y con una seda tan tupida. Tiene un libro de cánticos lo lee con gran frecuencia. En medio del libro hay una rosa  seca y fea comprimida en el libro cada lagrima y sonrisa que sale de la abuela la rosa cobran color y en toda la sala se impregna su aroma; Se esfuman las paredes cual fuesen pura niebla se levanta un bosque verde con los rayos del sol, la abuelita vuelve a ser joven una muchacha muy linda con rubias trenzas y sus mejillas coloradas elegante y graciosa pero sus ojos siguen siendo los mismos de la abuelita

Sentado junto a ella a un hombre muy joven el huele la rosa y la abuela sonríe el se ah marchado y por la mente de ella en piensan a frotar muchos y muchas pensamientos y muchas figuras la rosa vuelve a su lugar la abuelita vuelve a ser anciana  la rosa se marchita y guarda el libro. La abuelita  a muerto sentada en su silla de brazos cantando y contando una maravillosa historia ella dice que se acabado yo me voy a dormir porque estoy muy cansada se recostó respirando suavemente y quedo profunda en su rostro se reflejaba amor felicidad y paz
La pusieron en un  negro ataúd envuelta en sabanas blancas  ¡Estaba tan hermosa a pesar de tener los ojos cerrados! Todas su arrugas desaparecieron y en su boca una sonrisa se reflejaba El cabello era blanco como plata y venerable, y no daba miedo mirar a la muerta. Era siempre la abuelita, tan buena y tan querida. Colocaron el libro de cánticos bajo su cabeza, pues ella lo había pedido así, con la rosa entre las páginas. Y así enterraron a abuelita. En su tumba plantaron una rosa que floreció espléndidamente  en la iglesia se escuchaban las hermosas canciones que habían en el libro  La luna enviaba sus rayos a la tumba, pero la muerta no estaba allí los muertos saben más de lo que sabemos nosotros el miedo y el temor son mejores que nosotros y por eso no vuelven a la tierra  el libro de cánticos se ha melodías. Y uno piensa muy a menudo en la abuelita, y la ve con sus ojos dulces, eternamente jóvenes. Los ojos no mueren nunca. Los nuestros verán a abuelita, joven y hermosa como antaño, cuando besó por vez primera la rosa, roja y lozana, que yace ahora en la tumba convertida en polvo vuelto polvo  y la rosa igual. Pero encima siguen floreciendo nuevas rosas y cantando los ruiseñores, y enviando el órgano sus melodías. Y uno piensa muy a menudo en la abuelita, y la ve con sus ojos dulces, eternamente jóvenes. Los ojos no mueren nunca. Los nuestros verán a abuelita, joven y hermosa como antaño, cuando besó por vez primera la rosa, roja y lozana, que yace ahora en la tumba convertida en polvo

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